Qué es y cómo hay que tratar el dolor miofascial
El síndrome de dolor miofascial es una afección crónica en el que la presión en un punto gatillo miofascial (Trigger Point en inglés) provoca dolor en el músculo y puede también provocarlo en otras zonas aparentemente no conectadas.
Un punto gatillo miofascial es un punto de la banda tensa del músculo esquelético que se ha acortado, vuelto más rígido e hipersensibilizado. Puede ser causado por una lesión muscular, por una patología de la columna vertebral o alguna otra disfunción postural o, como pasa muy a menudo, por una exposición a una tensión acumulativa debida a movimientos reiterados.
A diferencia de otras lesiones musculares en las que el reposo o los masajes pueden aliviar el dolor, las molestias que provoca un punto gatillo miofascial es fácil que persistan y empeoren. Por este motivo debe tratarse con los profesionales adecuados.
¿Qué síntomas provoca el dolor miofascial?
El dolor miofascial provocado por un punto gatillo miofascial podría confundirse con otro tipo de afectaciones musculares más comunes. No obstante, a diferencia de otras lesiones musculares, puede causar dolor en zonas aparentemente no están conectadas a la del punto miofascial como en la región occipital o supraorbital (por encima de la ceja), y también puede provocar vértigos.
Los principales síntomas del dolor miofascial son:
- Dolor persistente que va a más
- Dolor agudo
- Nudos de contracción en el músculo
- Dolor que afecta al descanso nocturno
¿Qué genera un punto de gatillo miofascial?
Hay distintos factores que pueden ser desencadenantes de la aparición de un punto gatillo miofascial:
- Movimientos reiterados: es el motivo más común. Ya sea en un deporte practicado o en una actividad laboral concreta, los movimientos reiterados de contracción de un músculo, pueden favorecer el desarrollo de un punto gatillo miofascial
- Lesiones musculares: es otro de los principales motivos. Un músculo rígido por una nueva (o vieja) lesión, favorece que se genere un punto gatillo miofascial
- Patologías en una articulación o un hueso: es habitual en las vértebras. Si la columna vertebral sufre afectaciones puede ser un factor de riesgo para la aparición de un punto gatillo miofascial
- Estrés: la tensión muscular cuando se sufre estrés o ansiedad tensa el músculo y por consiguiente favorece el desarrollo de un punto gatillo miofascial
¿Cómo hay que tratar el dolor miofascial?
Existen distintos métodos para tratar un punto de gatillo miofascial, si bien lo más importante es identificar y corregir la causa de su aparición. Entre los principales tratamientos encontramos:
- Analgésicos y antiinflamatorios: reducen inicialmente el dolor del paciente. Sin embargo, no curan definitivamente el síndrome del dolor miofascial y no deben usarse a largo plazo debido a sus efectos secundarios gastrointestinales, renales y antiplaquetarios.
- Inyecciones y terapias manuales: las inyecciones con punción seca o con anestésicos de corta o larga duración tienen buen resultado si se combinan con terapias manuales como masajes aplicando presión, estiramiento con spray frío, o aplicación de calor superficial
- Ultrasonido: también ofrece resultados satisfactorios convertir la energía eléctrica en ondas sonoras para proporcionar energía térmica a los músculos.
- Hipertermia por radiofrecuencia (INDIBA): Mediante el uso de una máquina de electromedicina que trabaja a 448kHz, la técnica INDIBA provoca un desplazamiento de iones en las matrices celulares que facilita la regeneración de los tejidos afectados.
Ante la presencia de dolor miofascial es muy importante realizar un diagnóstico y tratamiento adecuado al paciente y realizado por profesionales con experiencia como los que conforman el equipo de ReSport Clinic.